Historia de la población gaditana de Barbate desde los fenicios hasta nuestros días.
Es Barbate un pequeño pueblo de Cádiz de alrededor de 22.000 habitantes. Su proximidad al Estrecho de Gibraltar, dato indispensable y condicionante geográfico para entender su pasado. Perteneciente a la comarca de La Janda esta población se caracterizó y se sigue caracterizando por una gran riqueza marina.
Situación geográfica.
Según unos recientes estudios de la Universidad de Cádiz los primeros asentamientos en éstos territorios se remontan a la Prehistoria. Los primeros pobladores de las costas barbateñas ya disfrutaron de la riqueza pesquera de su litoral favorecida por el río que da nombre a la ciudad, como así lo pueden demostrar pinturas rupestres existentes en cuevas de la sierra del Retín.
Fueron los fenicios los primeros en explotar los recursos marinos de forma organizada a través de la almadraba pero es en la época de los romanos cuando la zona cobra mayor identidad. El territorio de Barbate y Vejer era conocido como el Portus Baessipo (puerto de la ciudad de Baessipo) y se convirtió pronto gracias a su industria pesquera y de salazón (gracias a los fenicios) en un enclave muy próspero. Es de éste territorio también muy conocido su garum, especie de salsa elaborada a base de atún, caballa y morena.
Tras la caída del Imperio romano, en éste trocito de Cádiz se asentaron los visigodos, seguidos posteriormente de los árabes. Pero en la Edad Moderna, una vez expulsados definitivamente de toda España, en el siglo XVI se acentúa la inseguridad en las cosas gaditanas ya existentes desde época romana y debido a la piratería berberisca.
Hacia el año 1778 llega a Barbate un maltés llamado Paulo Mallia (convertido al español como Malia) y sería el primero de los sucesivos inmigrantes que fueron conformando el carácter del pueblo.
A principios del siglo XIX un acontecimiento bélico convierte a Barbate en el centro de atención. La armada española (aliada del ejército francés) sufrió una terrible derrota el 21 de octubre de 1805 frente a la escuadra inglesa. La batalla, que tuvo como escenario las aguas de Los Caños de Meca frente al Cabo Trafalgar, que pasó a ser conocida como la batalla de Trafalgar fue uno de los episodios más desdichados de la historia naval española.
Durante todo el siglo XIX la localidad es una pequeña y humilde aldea de no más de 50 personas, pero la explotación de las almadrabas a finales de siglo lleva a cabo el impulso económico que necesitaba. A principios del siglo XX el liberal Serafín Romeu (posteriormente nombrado a petición popular y por el rey Alfonso XIII, Conde de Barbate) promovió la industria de las almadrabas, la conducción de aguas al pueblo y el adoquinado de las calle, entre otras gestiones.
Durante la II República se llevan a cabo un sinfín de instalaciones de empresas conserveras de pescado y la mejora de su infraestructura portuaria, lo que favoreció aún más su desarrollo económico y demográfico. En ésta época salieron a la luz tres periódicos que concienciaron a la población de la necesidad de independizarse de Vejer, independencia llevada a cabo el 11 de marzo de 1938.
Puerto de la Albufera.
En los años 50 y 60 se inauguran varias infraestructuras de gran importancia como el puerto de la Albufera, el Ayuntamiento y el Teatro-Cine Atlántico (inspirado en el Zoo Palast de Berlín).
En ésta década el sector turístico va cobrando importancia a la vez que el sector pesquero iba entrando en declive.
En la actualidad con respecto a la economía, los tratados de pesca con Marruecos llegaron a su ruptura en 1999 y, tras un intento fallido de renovarlo, en julio de 2013 se consiguió pactar uno nuevo por 4 años.
La actividad económica tradicional de Barbate, la pesca, ha perdido importancia cómo hemos mencionado anteriormente a causa de la restricción de los caladeros marroquíes y de no llegar a un acuerdo. Aún pervive la pesca de cerco («traíña») y la almadraba. Dentro de las actividades secundarias, Barbate se ha dedicado tradicionalmente a la industria conservera y de salazón. Y es gracias al turismo lo que le da a la población un empujón cada verano gracias a enclaves turísticos próximos a la zona como son Zahara de los Atunes y los Caños de Meca.
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